ANGELMO.
Octubre 23, 2019
ANGELMO.
    Al visitar Puerto Montt, un gran consejo es no dejar de ir a Angelmo. Y es que esta caleta de la Región de Los Lagos despierta los sentidos con un paisaje natural que se mezcla con el ajetreo típico, colores, sabores y olores de uno de los mercados más renombrados de Chile. Ir a almorzar a este lugar es la opción perfecta para conocer un mercado tradicional del sur que ofrece una variada carta gastronómica de mariscos y pescados recién sacados del Canal de Tenglo o de un poco más al sur, en la costa del Océano Pacífico. Saliendo del mercado, en la Avenida Angelmo, una feria artesanal con cientos de locales que cubren varias cuadras, es el mejor paseo para comprar todo tipo de artesanías hechas a mano. La historia de la bahía de Angelmo comienza a fines del siglo XIX cuando los pescadores empezaron a vender los productos que sacaban del mar a las islas y poblados de la región. En los años ’20, este comercio convirtió a Angelmo en un puerto comercial que conectaba las últimas ciudades continentales de Chile con las islas de la Patagonia. El origen del nombre de la caleta tiene tres versiones. La primera cuenta que en el sector vivió un médico llamado Ángel Montt, quien habría financiado varios proyectos para el lugar, haciéndose muy querido por los habitantes. Sin embargo, los pescadores lo habrían pronunciado como “Ángel Mo”, lo que con los años habría derivado en el nombre actual. La segunda versión dice que la palabra “Angelmo” habría surgido de “Ngeil”, expresión mapudungún –lengua indígena del pueblo Mapuche- que significa “banco de mariscos” y “mo”, expresión que indica un lugar en particular. La tercera dice que el nombre proviene de la palabra huilliche “ankúlenmo” que significa lugar donde se secan los mariscos. Mercado de Angelmo Para ir a Angelmó desde Puerto Montt, lo más recomendado es llegar hasta el final de la costanera Diego Portales que después cambia su nombre por avenida Angelmo, allí los gritos de los lancheros que anuncian paseos por la bahía y las invitaciones de las meseras para almorzar en las cocinerías y restaurantes, es lo primero que se escucha al entrar dando la bienvenida a un rincón de Puerto Montt que tiene un ambiente muy propio. Curantos en olla, erizos, jaibas, merluzas y reinetas son sólo algunos de los platos, de mariscos y pescados, que ofrecen las meseras, quienes relatan gran parte de la carta y destacan que todo está fresco, ya que los pescadores sacan los productos del mar sólo unas horas antes del almuerzo desde el mismo Canal de Tenglo o desde la costa de Puerto Montt.   Al mediodía de los fines de semana, una parte de los estacionamientos se llena de cajas y canastos que dan forma a una feria al aire libre con flores, frutas y verduras que no es común encontrar en otros lados de Chile. Por esto, conversar con los vendedores es la tarea cotidiana si  se quiere comprar mariscos y pescados, lo mejor es seguir recorriendo el mercado hasta llegar a un sector techado en donde abundan los ceviches recién preparados con los mismos camarones, choritos y las merluzas que repletan los puestos. Pero no sólo esto se puede comprar aquí, ya que también hay locales que venden algas, mermeladas, salmones y quesos, entre muchas otras cosas. La mejor manera de aprender es qué son las murtas o las nalcas y cómo se preparan y luego disfrutarlas. Después de recorrer el mercado, se puede caminar entre los pilares que están sobre los pasillos y que durante los fines de semana se transforman en el Paseo de los Pintores, una sala de exposición frente al mar. Aquí, los mismos artistas venden sus cuadros con paisajes de la región. Tras caminar por los pasillos, se puede llegar a un paseo peatonal que tiene una hermosa vista de la isla de Tenglo, palabra mapudungún que significa lugar tranquilo. En la cumbre de un cerro de esta isla hay una cruz que indica el lugar donde el Papa Juan Pablo II hizo una misa durante una visita a Chile en 1987.  
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